viernes, octubre 03, 2008

Cerebro Kirchnerista (toma dos)

Version periodistizada para ANSud.

CEREBRO KIRCHNERNISTA

El actual gobierno nacional, pese a rondar los 25 puntos de popularidad según investigaciones de la consultora mexicana Mitofsky, es respaldado, en el caso de aquellos que no están laboral o políticamente relacionados, principalmente por dos puntos muy claros:

1) Política de Derechos Humanos: Es un hecho que sigue habiendo represión (ya sea de manera indirecta, caso D’Elía, o en forma directa, como en el caso de los trabajadores de Casinos de Buenos Aires), control de medios de comunicación (incluido el ya derogado decreto 1563 que legalizaba el espionaje de e-mails y llamados telefónicos) e incluyendo la desaparición de Julio López, entre otras cosas. Aún así, éste es el único gobierno post-dictadura que esta haciendo algo por juzgar a los genocidas y aquellos que ejercieron el terrorismo desde el Estado, una medida inédita y continuamente reclamada por los sectores populares.

2) Política de re-distribución / políticas sociales: Si comparamos al gobierno K con todos los que hubo después de la muerte de Perón (incluyendo a Isabel Martínez), este es el primero que toma medidas como: aumentos salariales, incentivo industrial, incentivo productivo, planes de trabajo, etc.
En los últimos 30 años la mayoría de los que estuvieron en el poder solo se preocuparon por destruir las industrias, recortar presupuestos e infraestructuras, acordar negocios con empresas extranjeras y acuerdos de libre comercio, todas medidas que solo favorecieron a la destrucción de la industria nacional y deterioro de los servicios sociales públicos.

Estas creo que son las principales razones por las que el Frente para la Victoria mantiene el apoyo popular (principalmente "progres resignados, que talvez fueron de izquierda pero ya no le encuentran solución, o "peronistas de izquierda", que ven en el kirchnerismo lo más rescatable de su movimiento y entonces no les queda otra, cual Montoneros previa "inverbiada" de la plaza), que podría ser mayor a lo que indican la mayoría de las estadísticas, generalmente tendenciosas. Quedarse con el “mal peor” ante la falta de una izquierda fuerte y unida. O al menos, tener en claro que a la hora del ballottage, esta gente no tiene ninguna duda sobre a quién votar entre Filmus y Macri.

También el problema reside en que, a la hora de decidir si se esta con éste gobierno que "representa al pueblo" (a nivel imagen, no a nivel política, aunque si lo comparamos con la oposición volvemos a lo que mencione antes) o con el campo, que representa a los sectores más reaccionarios que en su momento apoyaron golpes de Estado (y no dudo que ahora lo harían nuevamente si pudiesen), no debería sorprender que los personajes más reconocidos de la cultura y varias organizaciones sociales se sumen a este movimiento. Cuando uno ve a la clase media salir a festejar el derrocamiento del "tirano" y la asunción del ejército, a cualquier persona medianamente racional le da ganas de volverse peronista, aunque sea por un ratito.

Por Francisco Alba