domingo, noviembre 30, 2008

Domingo 6am

Hay veces que uno tiene ganas de cambiar lo que alguna vez escribió, pero es inevitable aceptar que fue él (con tilde) estado de ánimo quien lo hizo, y que tal vez en un futuro el arrepentimiento vuelva pero de otra manera.
Son las ganas de cambiar lo alguna vez escrito con otro nombre, otra musa. Algo jamás publicado. Cosas de hippies, hadas y enanas que viven siempre enamoradas. También de osas, por pereza y cariño.
¿Esto es culpa de los sueños que quiero vivir y parecen lejanos pero efectuables? ¿fue un grito de gol que en verdad era una aspiradora? Ni siquiera se puede desconsiderar la condición saunática del clima, con el agua evaporándose sobre el asfalto y gestando el vapor que se mete entre las sábanas.
Nada tiene que ver el dolor de un hombro que se había mal acostumbrado a abrazar almohadas, ni la planificación de operaciones en territorios desconocidos, pero que aun asi incluye el uso de mapas y cartas que aun no han sido redactadas ni enviadas por correo desde países que no tienen e-mail, ni siquiera uso libre de electricidad.

Debería ser facil de descifrar. Tanto como saber que dentro de un monedero solo puede haber monedas, porque sino no sería tal.

1 Comments:

At 7:58 p. m., diciembre 04, 2008, Blogger Unknown said...

Yo suelo arrepentirme de ciertas cosas hechas o dichas en un impulso o sin pensar demasiado. Por eso siempre sospecho de quien no se arrepiente nunca de nada.
Hay buenas elucubraciones aquí en tu buen texto.
Gracias por tu visita y comentario. Te seguiré visitando si me lo permitís.

Otra cosa. Yo estóy invitando a amigos a la presentación de mi libro.
Si querés asistir date por invitadísimo. Ya subí toda la información a mis blogs.
Es en Dunken el jueves 11 de diciembre. Ayacucho 357.

Un abrazo y gracias.

 

Publicar un comentario

<< Home